lunes, 23 de abril de 2007

María José Hess

- ¿Te puedo decir María José?, es que Joja no me gusta como suena -le dije cuando nos conocimos.
- Sí, como tú quieras.

Nunca pude decirle María José.

A la Joja la conocí en primer año cuando éramos compañeros de Ingeniería en la Universidad de Chile. A fin de año, harta (y harto valiente) se retiró y dio la prueba de nuevo.

María José Hess Paz, 24 años, periodista de la Universidad Católica. Una de las chicas más valiosas, inquietas, animadas y cancheras que conozco. Y como todo ser humano honesto y conocedor de sus limitaciones, también es una niña que tiene miedos.

Siempre me he llevado bien con la gente que tiene miedos similares a los míos. Y mi relación con ella ha sido siempre de mutua admiración. Me encantaba ir a su departamento, porque además de cocinar siempre algo rico, me entretenía con sus historias y las cosas extrañas que le tocaban hacer como estudiante de periodismo. Me contaba algunas formas de contestar de los políticos, al mismo tiempo que me hablaba de la vez en que se infiltró en los grupos nazi de Santiago.

- La suerte que tienes, eres alta, rubia y tu apellido es bacán -le dijo una vez un tipo morenito, de pelo corto y negro con una chaqueta llena de svásticas.

Nos reímos del pobre hue'ón y analizamos un poco (pero un poco no más, nunca tan doctos) la razón de ser del nazismo en Chile, sentados en unas rocas del San Cristóbal un día de invierno.

La Joja me escribió un mail ayer. Uno de esos mails gigantescos con los que pasado un mes nos ponemos al día y nos enviamos calor. Yo del mediterráneo de Barcelona y ella del selvático bien caliente de Colombia.

Hace ya un tiempo que trabaja en América Solidaria y ahora está metida en el Proyecto Colombia. Vive en Bogotá hace tres meses, en la última parada del Transmilenio (el transantiago colombiano al cual copiamos tan mal). En Ciudad Bolívar, la zona más peligrosa de la capital.

Lava su ropa a mano, pero a la vez se las ingenia para siempre estar codeándose con la gente más importante y poderosa de Colombia. Así es la Joja. Seca.



El jueves pasado partió rumbo a Muzo, un pueblo perdido en la mitad de la selva, a entregarles a los niños de las escuela mochilas, cuadernos, lápices y libros.

Conducía el jeep por esos caminos que dependen de la lluvia, como mi vida del amor, Diógenes Buitrago, un gordito bien transpirado y mujeriego ("tengo tres mujeres y me gustan jóvenes" le dijo orgulloso a la Joja), quien además era el guía indicado para entrar en esas tierras de pistolas, esmeraldas y gente ruda.

Calor, humedad, lluvia, caña de azúcar, café, árboles de cacao y burdeles.

Niñas de diez años por un dólar.

Viejas de setenta por menos.

Cuando la Joja llegó al pueblo junto a otros voluntarios (y al par de discretos guardaespaldas) comenzó a sentir otro tipo de calor. Ese calor que sólo puede provenir de la expectación y de la gratitud infinita de su gente.

A su llegada conoció al alcalde, el Sr Danilo Pineda (¡ja!). Y tras una noche de truenos, insectos y lluvia en la que no fue fácil dormir, se levantó a las seis de la mañana y partió rumbo a las minas de esmeraldas y a la escuelita.

La misma lluvia de esa noche deslizó a la tierra otra vez, cortándoles el camino. Tras hacer los cien metros planos pero con barro casi hasta la cintura y pensando "acá morí", lograron hacer un transbordo de jeep y llegar finalmente a las orillas de un río donde los guaqueros, los buscadores de esmeraldas, buscan con sus palas esas piedras del color del dinero.

De la esperanza.

Y cuando un guaquero encuentra una esmeralda, se convierte en una farra de varios días y ahí quedó... buscando esmeraldas nuevamente.



En una tierra donde la ley es el "zar de las esmeraldas", Víctor Carranza, un tipo con una riqueza incalculable que rige a punta de pistolas y matones. Por eso los guardaespaldas, porque aunque ella y los demás voluntarios sean respetados por todos, nunca se sabe.

Cuando llegaron a la escuela, la banda musical los esperaba bajo la lluvia caliente y la Joja, curiosa desde siempre, no paró de entrevistar (y de abrazar, adivino) a la gente casi sin poder creer todas las historias que escuchaba. Algunas de las cuales me contó en el mail, pero que no voy a reproducir aquí, porque finalmente nadie las creerá.

Supongo que es parecido a lo que le pasa a García Márquez en Cien Años de Soledad.

A la noche, la Joja todavía en shock, celebraba en una zona top de Bogotá el cumpleaños de una amiga.

Y al día siguiente, se sacaba una foto con la Presidenta de Chile de visita en el stand de América Solidaria en la Feria Mundial del Libro de Bogotá.

Así es la Joja.

Una multiplicable, por favor.




Link de interés: América Solidaria

9 comentarios:

NataliailataN dijo...

Wow!

heme aquí, tal como lo anuncié.

Qué grande la Joja... no sabes lo mucho que me toca su historia... tú en realidad no sabes mucho de mí, pero yo estudié una carrera y ahora, valientemente, decidí dar la prueba de nuevo para entrar a periodismo, ojalá en la Católica. Coincidente, ah? Claro que no saldré con 24 precisamente.

Me parece notable tu idea... my next link will be to this blog, y en cuanto tenga alguna idea de multiplicación, pasaré por aquí.

Saludos de nuevo


N.

Unknown dijo...

hola pedroCCCCC!!! como estas tu? te mando muchos saludos desde santiago, chilito, y te felicito por lo lindo que escribiste sobre mi hermana que tanto la echo de menos..
nos veremos por ahi, en algun lugar!! cuidate..
berni

Unknown dijo...

Pedro: Coincido contigo. La Joja es lo máximo. Exquisita, sublime, excelsa, extraordinaria, maravillosa..... podría seguir. El mundo sería distinto si personas como ella se pudieran multiplicar. Como papá celoso no quiero que se multiplique ya que ella es única. Creo que la interpretaste a cablidad. Tal como ella es. Bueno ustedes son muy parecidos.
Te recordamos con mucho cariño en nuestra casa. Tu "Tio" Alfredo

Conti dijo...

gracias por lo que escribes
no atino a decir nada mas
saludos

yonosoyHillary dijo...

Muy buena y original idea.

Tadashi dijo...

Joja...

Muchas veces escuchada...

Nunca conocida...

Tras saber su historia, me parece, por lo menos, admirable...

Saludos...

Verónica dijo...

Habías pasado por mi blog hace unos días, pero había ido a visitarte a tu otro blog (donde no pude comentar)Y ahora me doy cuenta que, adeás, tienes este otro blog en donde sí se puede comentar.

Maravilloso el espíritu de la protagonista de tu post. Hay que meter a la Joja al agua, a ver si se multiplica por 100.

Tuve la suerte de educarme en un colegio Jesuita. Si bien, los deberes y la U me consumen, trato de llevar a la praxis cada una de las cosas que ahí me enseñaron. No todos lo entienden... y es que el espíritu todos lo tenemos, pero no muchos lo cultivan.

Un abrazo.

Leoncita dijo...

espero que estes bien... saludos joven P
no se si sabes pero en unas semanas se estrena papelucho y el marciano, en los cines... recorde que te gustaba ese libro...
cuidate y se feliz con lo que tengas... y lo que no tengas no lo extrañes...adeu

Siempre dijo...

Pedro: he estado leyendo y creo que este nuevo blog, está peti. Me gustó la historia de tu amiga. Siempre habrán personas dispuestas a estar de manera entregada haciendo su aporte al mundo.
El mundo lleno de coincidencias;Una de las personas que más admiro está ahora en Colombia y es periodista.
Un abrazo estimado. Siga contando...